SEÑALES DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS: LOS DOS TESTIGOS - Parte 5

(Basado en un texto de David Dyer)

PARTE 1

PARTE 2

PARTE 3

PARTE 4

PARTE 5

PARTE 6

PARTE 7

...Y SÍ, "FINALMENTE" SEREMOS ARREBATADOS

   En este momento parece apropiado discutir algunos elementos de tiempo implicados en este pasaje de Apocalipsis 11. Si tomamos que el período de 3 años y medio (1260 días) encontrado en el versículo 3 ("Y daré a mis dos testigos, y profetizarán durante mil doscientos sesenta días vestidos de tela de saco") es una referencia a la primera mitad de la tribulación de 7 años, veremos cómo encajan todas las piezas que hemos venido mencionando. Esta primera mitad sería el período durante el cual ocurre este poderoso testimonio profético. "Cuando terminen su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá, y los matará" (Apocalipsis 11:7). Aquí vemos que aquella protección que había sobre estos testigos es removida y, dicho de otra forma, le será permitido "hacer guerra a los santos y vencerlos" ("Y observé que este cuerno hacía guerra contra los santos, y los vencía, hasta que vino el Anciano de días, y se dio el juicio a los santos de Yahveh, y llegó el tiempo en que los santos poseyeron el reino", Daniel 7:21-22). Esta segunda mitad sería el período de la "guerra a los santos". En estos versículos de Daniel podemos ver que esa "guerra" durará "hasta que venga el Anciano de días y se dé el juicio", ES DECIR QUE ESA GUERRA DURARÁ HASTA EL FINAL DE LA GRAN TRIBULACIÓN. Esto correspondería a los "tres días y medio" durante los cuales "sus cuerpo muerto" permanecen insepultos en las calles. 

• En el final de ese tiempo ellos serán resucitados y esto ocurrirá durante el arrebatamiento, ya que tenemos que:

"Y oyeron una gran voz procedente del cielo, que les decía: ¡Subid acá! Y subieron al cielo en la nube, y los contemplaron sus enemigos" (Apocalipsis 11:12).

• E inmediatamente después de esto:

"Y el séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: ¡El reino del mundo ha llegado a ser de nuestro Señor y de su Ungido, y reinará por los siglos de los siglos!" (Apocalipsis 11:15).

• Lo que parece encajar muy naturalmente con: 

"Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán primero" (1 Tesalonicenses 4:16).

• Y con el hecho de que aún habrá algunos sobrevivientes:

"Después nosotros, los que vivamos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados simultáneamente con ellos en las nubes al encuentro con el Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor" (1 Tesalonicenses 4:17).

"He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos, pero todos seremos transformados, en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta (porque sonará la trompeta), y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados" (1 Corintios 15:51-52).

• ¿Quedarán santos sobre la tierra después de esto? NO, CLARAMENTE, porque:

"Por cuanto has guardado la Palabra de mi paciencia, Yo también te guardaré de la hora de la prueba que está a punto de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran en la tierra". (Apocalipsis 3:10).

• ¿Qué ocurrirá después de esto? 

"Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados en sus tronos ante Dios, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios, diciendo: Te damos gracias, Señor Dios, Todopoderoso, el que eres y el que eras, porque has tomado tu gran poder y asumiste el reino. Y se airaron las naciones, pero ha llegado ya tu ira, y el tiempo de ser juzgados los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, y a los santos, y a los que temen tu Nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra". (Apocalipsis 11:16-18).

• He aquí que comienza el verdadero Apocalipsis, la consumación de la Ira de Dios:

"Y oí una gran voz procedente del Santuario, que decía a los siete ángeles: ¡Id y derramad sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios!" (Apocalipsis 16:1).

AMADOS HERMANOS,

¿ESTÁN PREPARADOS PARA PADECER POR EL NOMBRE DE YASHUA?

Sé fiel hasta la muerte, y Yo te daré la corona de la vida.

Apocalipsis 2.10

Continuaremos nuestro análisis en el próximo post.

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SEÑALES DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS: LOS DOS TESTIGOS - Parte 4

(Basado en un texto de David Dyer)

PARTE 1

PARTE 2

PARTE 3

PARTE 4

PARTE 5

PARTE 6

PARTE 7

GUERRA A LOS SANTOS

   Otra palabra en este pasaje que nos da una indicación de que los "dos testigos" no son meramente "dos", se encuentra en el versículo 7: "Cuando terminen su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá, y los matará". Aquí vemos, en el texto inspirado, la palabra "guerra", que en griego es "pólemos" (πόλεμος) Esta palabra significa "una serie de batallas" (a veces ha sido mal traducido como "batalla", cuando en verdad implica una lucha prolongada que se extiende por un período de tiempo considerable, y probablemente envolviendo muchas batallas).

   Ahora bien, ¿por qué necesitaría el Anticristo hacer una "guerra" contra dos individuos? ¿Acaso no podría simplemente matarlos? Claro que algunos podrían decir que el poder de estos dos es tan grande que un simple ataque no resolvería el problema. Eso es ciertamente verdadero mientras la protección de Yahveh está sobre ellos, durante el tiempo de su ministerio. Durante ese período ellos son invencibles. Pero cuando el tiempo se cumpla, no hará falta hacer UNA GUERRA; un simple asesinato bastará para terminar con ellos. 

   Además, esta palabra "guerra" se refiere a una gran lucha con su consecuente gran matanza, no a un asesinato de dos individuos. Es interesante ver que hay otros pasajes de la Biblia donde encontramos esta palabra "guerra", usada en un contexto que tiene que ver con nuestro asunto. En el Antiguo Testamento, en Daniel 7.21 leemos que un "cuerno" (que aquí simboliza al futuro "hombre de pecado" de 2 Tesalonicenses 2.3), hace "guerra a los santos" y prevalece contra ellos. Evidentemente este hombre siniestro y cruel comenzará una cruzada para aniquilar a cada uno de los siervos del Altísimo que se oponga a él. En Apocalipsis 13.7 se nos recuerda por segunda vez que este hombre recibe permiso para hacer "guerra" contra los santos y vencerlos. Entonces descubrimos que en un determinado momento, toda la protección dispensada a estos creyentes santificados es removida y le es dado poder al Anticristo para comenzar un baño de sangre indiscriminado. Una "guerra" de tremendas proporciones, tal vez mundial, es emprendida contra hombres y mujeres cristianos, cuyas vidas y testimonios se oponen a los propósitos de este loco satánico. A pesar de que no nos resulta posible probar a ciencia cierta, por medio de las Escrituras, que la "guerra" emprendida contra estos testigos de los últimos tiempos sea la misma "guerra a los santos" que mencionamos arriba, el paralelismo es indiscutible.

   Otro ítem que parece dar soporte a la idea de que esta conflagración no se limita a la muerte de dos individuos es el alcance aparentemente mundial de su ministerio profético. En Apocalipsis 11.9-10 descubrimos que "personas, tribus, lenguas y naciones" verán ese "cuerpo muerto", y también que la celebración por estas muertes es universal. Eso implica que la profecía de estos testigos e los efectos de las plagas que traerán sobre la humanidad se extenderán lo suficiente como para afectar literalmente a cada individuo de la tierra. A pesar de que algunos han citado la TV y los medios de comunicación como vehículo a través del cual se verá este sorprendente testimonio mundial, con la visión de los cadáveres, yo creo que aquellos que tienen ojos espirituales podrán percibir algo más profundo... sobre todo por el hecho de que ese "todos" no puede dejar a nadie por fuera, y sabemos que existen muchísimos lugares del planeta sin ninguno de estos medios de comunicación.

   A pesar de que yo puedo suponer que sea concebible que dos hombres puedan influenciar de tal modo al mundo entero, también creo que existe la posibilidad de que tengamos algo mayor en vista aquí. Ya que en la actualidad existen más de 300 países en el mundo, sería casi imposible para dos seres humanos alcanzar cada uno de ellos individualmente en apenas 1260 días. Cuando a esto agregamos el hecho de que no sólo "naciones", sino "pueblos, y tribus, y lenguas" están implicados aquí, toda posibilidad de viajar para que TODOS en el mundo los vean desaparece, a menos que se trate de algún tipo de acción milagrosa que tampoco descartamos por completo. Sin embargo, sabemos con certeza que Yahveh reivindicará como Suyos a algunos ("y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación" Apocalipsis 5:9). ¿Podemos contemplar como posible que muchos de estos santos sean levantados y ungidos por Yahveh para testificar sobre Su juicio de justicia de los últimos días? La respuesta es que sí podemos.

Entonces, 

¿VAMOS ENTENDIENDO QUIÉNES SON ESTOS "DOS TESTIGOS"?

Continuaremos nuestro análisis en el próximo post.

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SEÑALES DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS: LOS DOS TESTIGOS - Parte 3

(Basado en un texto de David Dyer)

PARTE 1

PARTE 2

PARTE 3

PARTE 4

PARTE 5

PARTE 6

PARTE 7

EL ESPÍRITU DERRAMADO

   En Joel y en Hechos tenemos una profecía muy significativa: 

• Joel 2:28-32: "Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. También sobre los siervos y las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días. Y haré prodigios en los cielos y en la tierra, sangre y fuego, y columnas de humo. El sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre, antes que llegue el día de Yahveh, grande y terrible. Entonces, todo el que invoque el nombre de Yahveh, escapará, porque en el monte Sión y en Jerusalén quedará un remanente, conforme ha dicho Yahveh, y entre los supervivientes estarán los que Yahveh llamó". 

• Hechos 2:17-21: "Y acontecerá en los postreros días, dice Yahveh, que derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros jóvenes verán visiones, vuestros ancianos soñarán sueños, ciertamente sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días derramaré de mi Espíritu, y profetizarán. Y daré prodigios arriba en el cielo, y señales milagrosas abajo en la tierra, sangre, y fuego y vapor de humo, el sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y glorioso del Señor. Y sucederá que todo aquel que invoque el nombre de Yahveh será salvo". 

   Aquí es claramente afirmado que "en los últimos días" habrá una poderosa unción espiritual derramada sobre TODOS los siervos de Yahveh. Esta unción sobrenatural es dada con un propósito declarado: PARA QUE ELLOS PUEDAN PROFETIZAR. Mientras que el apóstol Pedro cita este pasaje en referencia a la experiencia de los primeros discípulos en el día de Pentecostés, el contexto de ambos pasajes claramente se refiere a un posterior "últimos días", la conclusión de esta era. Cuando leemos que "El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y glorioso de Yahveh" en Hechos 2.20, esto no suena exactamente como un día de Pentecostés. Innegablemente hay algo más. Recordemos una vez más que la profecía casi siempre tiene más de una forma de cumplimiento. En este caso, resulta EVIDENTE que la realización COMPLETA de esta predicción aún está por venir. 

   Lo que aquí sobresale claramente es que, antes de la segunda venida de Cristo, habrá un poderoso derramamiento del Espíritu Santo sobre los siervos de Yashua. Esta tremenda unción precipitará un último, profético y sensacional (y yo creo que antes nunca visto, por lo menos en tales proporciones) testimonio de la Verdad de Yahveh, contra la corrupción del mundo. Vale la pena que recordemos ahora lo que la Escritura dice en referencia a los dos testigos. Leemos: "Si alguno procura dañarlos, un fuego procede de sus bocas que devora a sus enemigos: si alguno procura dañarlos, debe morir de la misma manera. Éstos tienen la potestad de cerrar el cielo, para que no caiga lluvia en los días de su profecía; también tienen potestad sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran" (Apocalipsis 11:5-6). Aquí vemos una conexión bastante clara entre esta profecía y la de Joel, así como una inevitable relación entre estos versículos y las instrucciones que Yahveh dio a sus discípulos, cuando les dijo: "...pero recibiréis poder cuando venga sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta lo último de la tierra" (Hechos 1.8). Una vez más, aunque sabemos que hubo un cumplimiento en Pentecostés, también podemos ver que ese cumplimiento fue PARCIAL, porque de ninguna manera en aquella época los discípulos llegaron "hasta lo último de la tierra", y esto refuerza más aún lo que decimos acerca del posterior y último derramamiento del Espíritu Santo sobre aquellos que profetizarán sobre Yahveh durante los últimos días. 

   Apocalipsis capítulo 11 comienza con un escenario interesante. Mientras está contemplando la visión, el apóstol Juan es instruido a medir el templo. ¿Por qué esta pequeña parte es incluida aquí? ¿Será que Yahveh de repente se olvidó de las dimensiones de su templo? Pero veamos un poco. Él no tiene apenas que medir el templo, sino también el altar (el lugar del sacrificio) y algo mucho más significativo: "a los que adoran en él" (Apocalipsis 11.1). A esta altura de los siglos, la mayoría de los cristianos entiende que los miembros individuales del Cuerpo de Cristo son "Santuario del Espíritu Santo" (1 Corintios 6.19). Es entonces más razonable que interpretemos que aquí Juan esté realizando una revisación NO DE UN EDIFICIO, SINO DE CREYENTES, sobre todo por el hecho de "medir personas". Esto bien puede indicar que Yahveh está procurando por aquellos cuyas vidas están siendo preparadas para recibirlo. Esta "medición" puede, de hecho, ser una inspección llevada a cabo para determinar quién, entre el pueblo de Yahveh, está pronto y es capaz de ejecutar esta última gran comisión. 

   ¿Y cuál será la medida exigida en los que sean elegidos? ¿Cuál será el padrón por el que serán juzgados? No hay dudas de que tiene que ver con las medidas del templo y del altar. En otras palabras, los hombres y mujeres seleccionados deben ser aquellos cuyas vidas sean un sacrificio vivo y su cuerpo, un templo del Dios Vivo, aquellos que ya han experimentado lo que es morir y resucitar en Cristo. Estos individuos son templo de Yahveh no sólo un día a la semana, sino que han entrado en el reposo de Yahveh, han dejado de vivir sus vidas por sí mismos y han permitido crecer a Yahveh dentro de ellos. Ellos experimentaron en sus propias vidas el significado de "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí" (Gálatas 2:20) y son un testimonio vivo de la Verdad del Padre en sus hijos.

QUERIDOS HERMANOS, ¿REALMENTE QUEREMOS ESTAR EN EL GRUPO DE LOS MÁS CERCANOS A YAHSHUA?

Veamos cómo edificamos.

Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.

Gálatas 5:25

Entonces, 

¿VAMOS ENTENDIENDO QUIÉNES SON ESTOS "DOS TESTIGOS"?

Continuaremos nuestro análisis en el próximo post.

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SEÑALES DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS: LOS DOS TESTIGOS - Parte 2

(Basado en un texto de David Dyer)

PARTE 1

PARTE 2

PARTE 3

PARTE 4

PARTE 5

PARTE 6

PARTE 7

DOS "HOMBRES" – UN "CUERPO"

Uno de los puntos más significativos que sugiere que tenemos algo más que dos hombres en vista aquí, es que en el lenguaje griego original, la palabra "cadáver" aparece en singular, como "cuerpo muerto" (v.8-9: "..Y sus cadáveres yacerán en la plaza de la gran ciudad, que espiritualmente se llama Sodoma, y Egipto, donde también fue crucificado el Señor de ellos.  Y los de los pueblos, y tribus, y lenguas y naciones, contemplan sus cadáveres durante tres días y medio, y no permiten que sus cadáveres sean puestos en un sepulcro").

και	το	πτωμα	αυτων
Y	EL	CUERPO MUERTO	DE ELLOS
2532:CONJ	3588:T-NSN	4430:N-NSN	846:P-GPM
		Ptóma, ruina, i.e. (específicamente) cuerpo sin vida (cadáver, carroña):- muerto, cadáver, cuerpo.

Mientras que la mayoría de las traducciones bíblicas nos han "ayudado" a "comprender mejor" esos versículos, mudando las palabras originales del singular al plural, ESO NO ES LO QUE EL APÓSTOL JUAN ESCRIBIÓ. En verdad, este pasaje debería realmente decir "sus cuerpo muerto". Ahora bien, esto es un tanto peculiar. ¿Por qué el texto inspirado comete DOS VECES este tipo de error gramatical? Es probable que no haya ningún erro, sino que algún significado más profundo nos esté siendo transmitido.

Aquí tenemos nuestra primera indicación de que la Escritura puede no estar refiriéndose a dos hombres individuales, sino a una "entidad asociada". Esta palabra "cuerpo" nos recuerda del uso de la misma en la frase "el Cuerpo de Cristo", que en verdad consiste en incontables individuos. Nosotros leemos que "somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos" (Efesios 5.30). Versículos como este, junto con muchos otros, ciertamente nos dan una base bíblica adecuada para suponer que la palabra "cuerpo" pueda estar refiriéndose a un grupo bastante mayor que los dos profetas mencionados anteriormente. Esto, entonces, nos lleva a la posibilidad de que la Palabra Sagrada esté hablando aquí de un gran número de hombres y mujeres que, en el final de esta era, desempeñen una importante función en la preparación del mundo para el juicio y el regreso de Yashua.

 El primer pensamiento que la mayoría de la personas tendrá acerca de la presuposición de arriba será: ¿"Si estos testigos son realmente un grupo de muchas personas, entonces por qué la Biblia usa la palabra "dos"? ¿No resulta un tanto confuso?". Sí, ciertamente puede parecer, pero hay también una explicación bíblica. A través de la Palabra de Yahveh se nos enseña un principio inabalable. Y este es que EL JUICIO DE UN PECADOR SÓLO PUEDE SER EJECUTADO SI POR LO MENOS DOS TESTIGOS PUEDEN TESTIFICAR LA VERACIDAD DE LA INFRACCIÓN. Nosotros leemos que "Por dicho de dos o de tres testigos morirá el que hubiere de morir; no morirá por el dicho de un solo testigo" (Deuteronomio 17.6). Menos que eso resulta inaceptable.

El número 2 es, en toda las Escrituras, el "número del testimonio". Los primeros discípulos fueron enviados "de dos en dos" (Marcos 6.7; Lucas 10.1) para que testificaran de la verdad de Yashua. Había dos tablas de piedra en el Arca de la Promesa, trayendo el testimonio referente a la Ley de Yahveh. También en la cubierta del Arca había dos querubines, testificando simbólicamente la aspersión de la sangre, atestando el hecho de que los requisitos para la justicia de Yahveh habían sido cumplidos. Por lo tanto, la palabra "dos" aquí puede ser comprendida como una representación simbólica de los dos testigos requeridos por Yahveh antes de que Su sentencia sea ejecutada. Obviamente el Altísimo no necesita que nadie le diga lo que hay en el corazón del hombre. Estos dos testigos solamente sirven para cumplir los requisitos de Su Ley, y también para prevenir un mundo decadente.

Ahora bien, en la situación expuesta en el libro del Apocalipsis, NO ESTÁN SIENDO CONSIDERADOS LOS PECADOS DE UN INDIVIDUO, SINO QUE ES LA REBELIÓN DE TODO EL MUNDO LO QUE ESTÁ SIENDO EXPUESTO POR ESTOS DOS PROFETAS. Y desde que este juicio es universal, parece razonable que los cargos que están siendo presentados necesiten de un testimonio más amplio que el de dos hombres. 

Una dupla de "intrusos" haciendo violentas acusaciones a una gran distancia puede no ser suficiente para convencer poderosamente al culpado. La evidencia de la culpabilidad contra cada nación o grupo de personas llegaría de manera más convincente si fuera traída por aquellos que estuvieran íntimamente relacionados con cada respectiva situación y, por lo tanto, pudieran dar un testimonio seguro contra ellos. Consecuentemente, parece razonable suponer que el testimonio final de Yahveh deba ser dado a cada uno en su propio idioma, por alguien que viva en su propia cultura y, de ese modo, exponga la condición pecadora de ellos de una forma que les resulta fácil de comprender.

Entonces, preguntamos nuevamente:

¿QUIÉNES SON ESTOS "DOS TESTIGOS"?

Lo veremos en el próximo post.

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SEÑALES DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS: LOS DOS TESTIGOS - Parte 1

(Basado en un texto de David Dyer)

PARTE 1

PARTE 2

PARTE 3

PARTE 4

PARTE 5

PARTE 6

PARTE 7

En este artículo me gustaría enfocar un asunto que ha sido fuente de muchas especulaciones en los círculos religiosos. Es un tópico sobre el cual algunos cristianos pueden haberse fijado opiniones o hasta posiciones doctrinarias dogmáticas. Por ese motivo me gustaría recomendar a todos los lectores que dejen de lado, por un momento, hasta donde les sea posible, cualquier idea preconcebida sobre este asunto y que se abran al Espíritu Santo. Haciendo esto, ustedes estarán permitiendo que Él hable a sus corazones todo lo que quisiera comunicarles a través de este mensaje. La razón por pedirles esto no es porque piense que estoy escribiendo aquí la respuesta correcta y definitiva, sino simplemente porque es mi deseo que ustedes puedan oír una palabra del propio Yahveh. 

La profecía bíblica es muy difícil de ser comprendida. Ningún hombre tiene todo esclarecido acerca del fin de esta era. De hecho, si usted encuentra a alguien que "lo sabe todo", esta debería ser una buena indicación de que esa persona perdió su capacidad de ser enseñado por Yahveh. Con esto aclarado, quisiera decir que el material que estoy presentando aquí está siendo ofrecido apenas para su análisis. No pretende ser la "última palabra" sobre el asunto. Estamos siempre abiertos a la corrección si una luz adicional nos es dada de parte de Yahveh. A pesar de todo, siento fuertemente que aquí tenemos un mensaje que todo creyente debería tomar en serio. En este pasaje bíblico sobre la venida de los "dos testigos" puede haber un indicio muy importante de lo que Yahveh está haciendo en medio de Su pueblo, conforme nos aproximamos a los últimos días.

Leamos Apocalipsis 11:1-15:

1.  Y me fue dada una caña semejante a una vara, diciendo: Levántate y mide el Santuario de Yahveh, el Altar, y a los que adoran en él;

2.  pero el atrio del Santuario déjalo fuera y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles, y ellos ho-llarán la ciudad santa durante cuarenta y dos meses.

3.  Y daré a mis dos testigos, y profetizarán durante mil doscientos sesenta días vestidos de tela de saco.

4.  Éstos son los dos olivos, y los dos candelabros que están en pie delante del Señor de toda la tierra.

5.  Si alguno procura dañarlos, un fuego procede de sus bocas que devora a sus enemigos: si alguno procura dañarlos, debe morir de la misma manera.

6.  Éstos tienen la potestad de cerrar el cielo, para que no caiga lluvia en los días de su profecía; también tienen potestad sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran.

7.  Cuando terminen su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá, y los matará.

8.  Y sus cadáveres yacerán en la plaza de la gran ciudad, que espiritualmente se llama Sodoma, y Egipto, donde también fue crucificado el Señor de ellos.

9.  Y los de los pueblos, y tribus, y lenguas y naciones, contemplan sus cadáveres durante tres días y medio, y no permiten que sus cadáveres sean puestos en un sepulcro.

10.  Y los que habitan en la tierra se regocijan sobre ellos y lo celebran, y se enviarán regalos unos a otros, porque ellos atormentaron a los que habitan sobre la tierra.

11.  Pero después de los tres días y medio, entró en ellos un aliento de vida procedente de Dios, y se pusieron sobre sus pies, y un gran temor cayó sobre quienes los contemplaban.

12.  Y oyeron una gran voz procedente del cielo, que les decía: ¡Subid acá! Y subieron al cielo en la nube, y los contemplaron sus enemigos.

13.  En aquella hora hubo un gran terremoto, y la décima parte de la ciudad se derrumbó, y en el terremoto murieron siete mil hombres, y los demás se llenaron de temor, y dieron gloria al Dios del cielo.

14.  El segundo ¡ay! pasó, he aquí el tercer ¡ay! viene pronto.

15.  Y el séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: ¡El reino del mundo ha llegado a ser de nuestro Señor y de su Ungido, y reinará por los siglos de los siglos!

Muchos de ustedes recordarán haber oído que esos dos testigos serán la reencarnación o la reaparición de dos antiguas figuras bíblicas. Algunos piensan que ellos deben ser Moisés y Elías, mientras que otros creen que Enoc debe substituir a Moisés en la dupla. El equipo Enoc y Elías es elegido comúnmente porque ellos son los únicos dos hombres que fueron arrebatados sin haber nunca experimentado la muerte. Entonces, por alguna razón, ellos deben regresar y ser muertos, desde que "está establecido para los hombres que mueran una sola vez" (Hebreos 9.27). Una dificultad se levanta, con todo, en esta línea de raciocinio, para conseguir armonizarla con el futuro arrebatamiento de los últimos creyentes. En este evento, muchos seres humanos serán llevados al encuentro de Yashua en el aire sin experimentar la muerte física ("Después nosotros, los que vivamos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados simultáneamente con ellos en las nubes al encuentro con el Señor en el aire", 1 Tesalonicenses 4.17).

Mientras que la comprensión de que aquí se trata de dos profetas —literalmente hablando— puede resultar ser correcta, hay algunas cosas sobre este pasaje de Apocalipsis que parecen apuntar a otra interpretación. Existen muchas indicaciones aquí de que tenemos en vista algo mayor y más sorprendente. Sin embargo, antes de explorarlas juntos, quiero afirmar que AMBOS ARGUMENTOS (el de los dos profetas y el que voy a indicar) PUEDEN TENER VALIDAD. Debemos entender que la profecía bíblica siempre tiene más de un significado (capas o "camadas"), así como un cumplimiento anterior y otro posterior. En ningún otro lugar de la Biblia esto es tan evidente como en lo referente a las profecías de los "tiempos del fin".

Entonces, 

¿QUIÉNES SON ESTOS "DOS TESTIGOS"?

Lo veremos en el próximo post.

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