LA ÚLTIMA LUZ ANTES DE LA OSCURIDAD FINAL

EL REINO DE ELOHE QUE CAMINÓ EN LA TIERRA

   Ya hablamos acerca de los propósitos de Yahweh en crear el hombre y colocarlo en la tierra. Este propósito era establecer Su reino para reconquistar el planeta del dominio del diablo y restaurarlo debajo de Su justa autoridad. Vimos también que Yahweh creó al hombre a Su imagen y semejanza, y que lo colocó en la tierra PARA SER UN AGENTE A TRAVÉS DEL CUAL PUDIERA CUMPLIR SU PLAN.

   El hombre falló repetidamente en cumplir la misión que Dios le confió en el primer capítulo de Génesis. Aparentemente, el diablo reinó soberano. Pero a través de esta historia Elohe había prometido una simiente que prevalecería. El cumplimiento de esta promesa se dio en Yahshúa Ha Mashíaj. Él era el Hijo de Elohe, nacido de una mujer, en la familia de Israel, de la tribu de Judá y de la simiente del rey David. Es a Él a quien Dios prometió que se sentaría en el Trono de Su Reino para siempre. Y puesto que Yahshua nació de Miriam, una mujer de esta tierra, ÉL ERA UN HOMBRE COMPLETO. Las Escrituras dicen que Él participó de carne y sangre (Hebreos 2.14). ÉL SE CONVIRTIÓ EN AQUELLO QUE SOMOS PARA TRANSFORMARNOS EN AQUELLO QUE ÉL ES. Yahshua no es solamente un hombre completo, sino que "en él reside corporalmente toda la plenitud de la cualidad divina" (Colosenses 2.9). ESTE HOMBRE ES LA ENCARNACIÓN DE LA PALABRA DE DIOS. Juan 1.14 afirma: "Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, una gloria como del unigénito del Padre, lleno de amor y verdad".

   Este hombre es el cumplimiento de la promesa de Dios de que enviaría la semilla de la mujer que aplastaría la cabeza de la serpiente (Génesis 3.15), y esto es exactamente lo que Yahshua hizo. Su vida terrena estuvo en completa oposición con todo lo que consiste el reino del diablo. Su vida fue una manifestación viva de la justicia de Dios en la tierra, bien en el corazón del dominio de Satanás. ¡Cómo debe haberlo odiado Satanás! En un determinado momento, Él dijo: "viene el príncipe de este mundo; aunque él no tiene nada en mí" (Juan 14.30). AleluYah! Dios envió a Su Hijo y Él se convirtió en un hombre en el cual el diablo NO POSEÍA NADA —ningún control, ninguna influencia y ninguna forma en que pudiera afectarlo.

EL REINO DE DIOS ESTÁ ENTRE USTEDES

   Cuando Yahshua caminó por esta tierra hace unos dos mil años atrás, él era la manifestación viva del Reino de Dios. En cada aspecto de su vida él era completamente sumiso a la soberanía y al poder de Dios. Por primera vez desde la creación de Adán, hubo sobre la tierra un hombre que satisfizo las exigencias de Dios.

   A través del Yahshua humano, el Reino de Dios fue declarado a los hombres. Cuando los fariseos le preguntaron dónde estaba su reino, Él les respondió "el reino de Elohim está en medio de ustedes" (Lucas 17.21). Al decir esto, Yahshua estaba refiriéndose a sí mismo. Él era la única manifestación del Reino de Dios. En un momento también dijo: "yo hago siempre lo que le agrada a él (al Padre)", (Juan 8.29). ESTO ES VERDADERAMENTE EL REINO DE YAHWEH. A pesar de estar viviendo en medio de un ambiente hostil, Él expresó a Dios en cada aspecto de Su vida. Así acontecerá en los últimos días con sus elegidos: viviendo en medio de un ambiente hostil, expresarán el Reino al mundo.

   Los dos reinos de los que estuvimos hablando —el reino de este mundo y el reino celestial— están en total oposición el uno al otro. No existe término medio. Para volvernos COMPLETAMENTE SUMISOS al Reino de Elohe, necesitamos estar COMPLETAMENTE LIBERADOS del reino de Satanás. Esto requiere un profundo y completo arrepentimiento en el corazón de cada individuo, en referencia a las cosas que antes hacía, pensaba o decía. Lamentablemente la mayoría de los predicadores cristianos no anuncian este Evangelio del Reino. Ellos "venden" un Evangelio muy simple, donde hacerse "cristianos" no cuesta nada, se trata simplemente de aceptar un gran presente. Pero este Evangelio diluido simplemente es falso e incompleto. Sin arrepentimiento no hay perdón de pecados, y arrepentimiento significa retirar de nuestro corazón todas las cosas del mundo y no desear NUNCA MÁS envolvernos con ellas, para poder dejar espacio al Señor Yahshua que venga a habitar en nosotros. Y así que Él entre en nosotros, debemos hacer crecer nuestro espacio interior, eliminando día a día más cosas negativas para hacer lugar al Mashíaj que crece en nosotros. No debemos quedarnos como el primer día, con la semillita en la mano y sin germinar. Nunca dará frutos si no plantamos, regamos y podamos. Y entonces, cuando el MASHÍAJ que vive en cada uno CREZCA (y NO ANTES), entonces PODREMOS VIVIR LA FAMOSA VIDA VICTORIOSA DE LA QUE TANTO SE LLENA LA BOCA LA IGLESIA PERO POCAS MUESTRAS DA. Porque podremos vivir como Yahoshúa mismo, ya que tenemos SU VIDA en nosotros.

   Las Escrituras demandan a los que creen: "¿O no conocen en cuanto a ustedes mismos, que Yahoshúa el Mashíaj está en ustedes?" (2 Corintios 13.5), y agrega: "a menos que ya estén reprobados". El "cristiano" que no conoce al Yahoshúa que vive en él, NO ES CRISTIANO. Puede decir lo que quiera. Pero su interior está vacío. O lleno de otras cosas, lo que es peor.

   Pero siendo que Él está en nosotros, estamos capacitados para mostrar su Reino al mundo. Esto no es algo que podamos hacer por nuestros propios esfuerzos. Al contrario, es la sumisión de nuestro ser entero a Otro Alguien. El secreto de nuestra victoria sobre el pecado y sobre el enemigo no es tentar más arduamente, sino rendirnos más y más a Él.

EL REINO DE ELOHE ESTARÁ EN LA TIERRA

   Aquí vemos el propósito por el cual Yahshua vino y murió: para reunir para sí mismo un pueblo especial que Le permitiría vivir dentro de ellos y manifestar Su Vida victoriosa por medio de ellos. De esta forma, ellos expresarían su dominio sobre el enemigo. Por causa de Su poder nosotros ahora vivimos en este mundo hostil y aún así nos sometemos a Su autoridad. Permitiendo que Yahoshúa el Mashíaj nos llene y viva a través nuestro, manifestamos la victoria del Mashíaj y establecemos la autoridad de Dios sobre esta tierra, no a modo de conquista, sino para que el mundo vea brillar la luz verdadera del Reino de Dios. Finalmente, el propósito para el que Dios creó al hombre se estará cumpliendo. Por eso hoy el Señor nos está reuniendo, inquietando nuestros espíritus, llamando a sus elegidos, a los que desde antes destinó, para que dejen las cosas de este mundo y se preparen para la reunión final con su Señor y Salvador, Yahshua ha Mashíah. Nuestro papel hoy y ahora es someternos COMPLETAMENTE a Él para anunciar este Evangelio del Reino a toda la tierra.

   La iglesia es el Cuerpo del Mashíaj. Así como el cuerpo físico de Yahshua era el vehículo a través del cual Él se expresó mientras anduvo sobre la tierra, así hoy Él se expresa a través de su iglesia. Pero su iglesia no es este o aquel templo, esta o aquella catedral, esta o aquella denominación. Igual que en aquellos días Yahshua pasó por el templo y por la sinagoga Y SÓLO ENCONTRÓ MERCADERES, así también está la que dice ser su iglesia hoy. Pero el Señor no se detuvo entre ellos y LLEVÓ SU EVANGELIO AL PUEBLO, anduvo entre los enfermos, los pecadores, los escribas y las prostitutas. Su iglesia, su cuerpo, son aquellos que hoy están dispuestos a vivir lo que les resta en esta tierra honrando al Señor, UNIDOS COMO UN CUERPO y fuera del sistema satánico en el que el mundo entero está sumergido, como una pequeña isla en medio de un mar de pudrición.

   Esta palabra "cuerpo" no es sólo una bonita expresión religiosa. Ella contiene un significado espiritual muy grande. La voluntad de Dios es usar a Su pueblo como instrumento de justicia e como Sus testigos. Este es un gran privilegio, pero también una responsabilidad terrible. DEBEMOS EXPRESAR AL DIOS INVISIBLE DEL UNIVERSO A LOS HABITANTES DE LA TIERRA, Y AL MISMO TIEMPO EXHIBIR SU VICTORIA A LOS SERES CELESTIALES. Hoy, a través de Su Cuerpo, Dios manifestará Su sabiduría y Su plan eterno ("para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales", Efesios 3.10). ¡Cómo necesitamos encarar esta orden del Mashíaj con seriedad! Es de suma importancia para Él cumplir Su obra a través de nosotros, y tan importante es, QUE PARA ESO MURIÓ EN EL MADERO.

   El tiempo de la preparación está terminando. Es hora de que el mundo vea la obra tan largamente ensayada, que los actores se vistan y se preparen y que se levante el telón. 

¿Dónde estarás? 

¿Arriba del escenario o sentado en una butaca?

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Publicado por: Anunciadora de Sión

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